Hace un mes aproximadamente tome esta hermosa fotografía, no es hermosa por los colores, es hermosa por lo que representó en el momento, estaba ayudando a lavar la camioneta de mi hermano y justos e me ocurre apreciar el cielo, note que las formas de las nubes tenían formas diferentes a como regular las vemos todo el tiempo.
Era como ver una pintura gigante, varias pinceladas redondas intentaban bailar sobre el cielo, no dude en tomarle una foto ya que momentos como estos no los vemos todos los días, al seguir deleitando esta obra de la naturaleza me imaginaba muchas cosas, a veces veía unos chetos de algodón, otras unos dedos, igual pinceladas echas espontáneamente, miraba como las formas se perdían conforme se alejaban.
De plano deje de hacer lo que estaba haciendo y espere que la obra maestra de la naturaleza dejara de existir, todas ellas se iban disolviendo al paso del viento en una tarde calurosa, no se ustedes pero este tipo d e momentos nos hacen suspirar profundo, ver lo bello de nuestro planeta, acariciarlo con los ojos a veces nos hace reflexionar, algo que puedo decir es que hay que tratar de disfrutar en esta vida este tipo de regalos.
Buena vibra